Por: Pedro Ibáñez*

La Iniciativa de La Franja y La Ruta (IFR) ha hecho de China el motor del crecimiento mundial, al convertirse en socio comercial de 121 países, imprimiéndole su huella a internacionalización de las relaciones económicas en el Siglo XXI.

China impulsa relaciones basadas en la confianza, afinidad y beneficio mutuo, a diferencia de occidente donde los mecanismos son impositivos, acompañados de procesos coloniales o injerencistas.

Venezuela ha acompañado el proceso de inserción de China en la economía de la región latinoamericana a partir del momento en que el país asiático se incorpora a la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 2001.

En aquel año ambos países establecen una Asociación Estratégica de Desarrollo Compartido y es creada la Comisión Mixta de Alto Nivel para conducir la relación bilateral luego de 27 años de relación binacional.

La etapa económica previa fue de baja intensidad, con un pico de intercambio comercial de US$ 182.000 en el año 1998, sin exportaciones petroleras para China y una balanza comercial negativa para Venezuela.

La visita de Jiang Zemin en 2001 y un total de seis visitas del presidente Hugo Chávez a China profundizaron los acuerdos al crear 12 Comisiones Mixtas de Alto Nivel, empresas mixtas programas educativos, tecnológicos y la puesta en órbita de los satélites Simón Bolívar, Miranda y Sucre, destaca el Centro Venezolano de Estudios sobre China.

Como resultado el intercambio comercial pasó de US$ 589,12 millones en 2001 a US$ 23.843,19 millones en 2012; a partir del año 2014, ambos países suscriben una Asociación Estratégica Integral.

Entre 2014 y 2018 el intercambio comercial sumó US$ 54.659,3 millones de USD; 2015 fue el año de mayor cantidad de petróleo venezolano exportado a la República Popular China (400 mil barriles diarios), con balanza comercial positiva y un comercio bilateral de US$ 5.539,7 millones.

Venezuela en la ruta

La principal ruta energética entre China y América Latina comenzó en el oriente venezolano, en las cálidas aguas caribeñas, transitando el Océano Atlántico para luego cruzar el Océano Índico y el estrecho de Malaca el Mar del Sur de China», explica Aymara Gerdel, directora del Centro Venezolano de Estudios sobre China (CVEC).

«Esta ruta marítima representó desde inicios del siglo XXI hasta el año 2015 en la principal ruta energética entre China y América Latina, convirtiendo a Venezuela en el primer país exportador de petróleo a China en la región y el séptimo a nivel mundial, abasteciendo 5% del total de petróleo importado por el país asiático», puntualiza.

Destaca que las medidas coercitivas unilaterales impuestas por Estados Unidos (EEUU) desde 2014 han afectado la producción petrolera y en consecuencia Venezuela ha sido desplazada por Brasil en volumen de exportaciones de crudo al país asiático.

«Prohíben la importación y exportación, promueven la detención de buques, el embargo de ciertos bienes, la obstrucción de las rutas más convenientes para el tránsito internacional, aplicación de tarifas diferenciales en el transporte y mayores cargas regulatorias a los productos de origen venezolano», precisa la profesora.

Señala que las sanciones acumuladas, según datos de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de EEUU, ascienden a 270 en agosto de 2020 y las califica como discriminatorias e incompatibles con el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio de la OMC (GATT) 1994 y el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS), en consecuencia, son ilegales.

«De tal forma que la iniciativa de la Franja y la Ruta representa una alternativa para comercializar los bienes y servicios de origen venezolano ante las sanciones estadounidenses, pero es necesario buscar mecanismos para reducir el impacto de las sanciones en la industria petrolera, detener la caída y progresivamente recuperar de la producción, son tareas impostergables», advierte y comenta que la experiencia iraní es muy valiosa al lograr ser autosuficiente en la producción de gasolina aunque sea un país sancionado por EEUU.

La política de diversificación del mercado petrolero impulsada por Venezuela luego del fallido golpe de Estado y sabotaje petrolero contra el presidente Hugo Chávez (2002-2003) buscaba disminuir la dependencia comercial de EEUU y sus empresas a mediano y largo plazo, menciona.

Al buscar mercados en China e India, Venezuela trastocó la exclusividad de EEUU y su gobierno reacciona con una orden ejecutiva firmada en 2015 por el entonces presidente Barack Obama que declara al país como «Amenaza Inusual y Extraordinaria a su Seguridad Nacional».

«La campaña de EEUU hacia China y Venezuela persigue debilitar al principal aliado de China en la región, cuando ambas potencias se enfrentan en una Guerra Comercial y luchan por el liderazgo de la tecnología 5G en América Latina», señala.

Respecto a Venezuela, explica que la relación de EEUU y China se relativiza en función de los intereses geopolíticos de ambas potencias económicas, principales compradoras de crudo venezolano, para una es Amenaza Inusual y Extraordinaria y para la otra una Asociación Estratégica Integral.

«Pienso que se trata de dos posiciones diametralmente opuestas de ambas potencias mundiales sobre la situación de Venezuela. Por su parte, Estados Unidos desea imponer por la fuerza un nuevo orden político, económico, social y militar en Venezuela que garantice su control sobre los recursos naturales. Mientras que la República Popular China cree que el pueblo venezolano puede resolver sus problemas y hacerse cargo de sus asuntos internos», explica.

Venezuela y China, una relación ejemplar

Más allá de la relación comercial, el nivel de acercamiento entre ambos países ha estado basado en la complementariedad, solidaridad, respeto y cooperación en diversas áreas para el desarrollo mutuo, resalta la abogada y Presidenta del Centro de Altos Estudios del Desarrollo y las Economías Emergentes (Cedees), Andreína Tarazón.

«Siendo Venezuela la primera reserva de petróleo del mundo y la octava reserva de gas más grande, nuestro país ha sido ejemplo de la relación comercial que tiene China con América Latina, en la cual exporta materias primas e importa bienes de consumo intermedio y final de China», explica.

China y Venezuela suman 16 comisiones mixtas de alto nivel, 472 acuerdos, 790 proyectos, además de cifras récord de intercambio comercial de US$ 23.843 millones, cooperación en infraestructura, aeroespacial, tecnológica y educativa.

En 2014, Venezuela fue la tercera escala en la gira del presidente Xi Jinping por Latinoamérica, como parte de la agenda multilateral impulsada por China en el contexto de la IFR.

Tarazón comenta que los principios que rigen la relación entre Venezuela y China están plasmados en el proyecto de La Franja y La Ruta «que hasta ahora se han traducido en éxitos que se pueden constatar en los notables avances de la construcción de los seis corredores de cooperación económica internacional, los cuales aumentan considerablemente el nivel de interconexión de infraestructuras, una limitación hasta ahora existente en los países en vías de desarrollo».

Otro de los aspectos que resalta es la cooperación financiera, tanto con Venezuela como a escala mundial que allana el camino a nuevos esquemas de cooperación. «Lejos de las políticas de endeudamiento de las instituciones financieras tradicionales que poco han contribuido a la superación de la dependencia y el atraso de los países del mundo», recalca quien también es directora del Instituto Confucio en Venezuela.

Considera muy esenciales las características de Venezuela como potencia energética para una nueva gobernanza global y cooperación, asimismo su bono demográfico, masificación de la educación universitaria, potenciales agrícolas, turísticos y posición geográfica privilegiada en el continente.

«Constituyen fortalezas incuestionables para que Venezuela se integre en esta iniciativa de características mundiales, como elemento dinamizador del rol cada vez más preponderante que debe asumir la región latinoamericana en estas iniciativas parteras del mundo post pandémico», subraya Tarazón, magister en Cooperación Económica Internacional de la Universidad de Economía y Negocios Internacionales de Beijing

Desde el comienzo de la pandemia hasta septiembre de 2020, Venezuela ha recibido 250 toneladas de insumos médicos provenientes de China para la lucha contra el Covid-19, que en el país ha venido aplanando su curva de contagio y aumentado su tasa de recuperación, de 73 mil contagiados posee un índice de 87% recuperados.

En este contexto de la pandemia Tarazón destaca que el actual orden mundial y el neoliberalismo como modelo «se han puesto en cuestión para la humanidad, luego de que el derecho a la salud, la solidaridad y la cooperación internacional se hayan mostrado ausentes durante una de las peores pandemias que ha experimentado el planeta tierra».

Comenta que han surgido voces que señalan un camino y lógica diferentes para defender el derecho a la vida de sus pueblos, como el modelo venezolano de atención al Covid-19, desde el diagnóstico hasta el alta, tratamientos y pruebas gratuitas.

Asimismo, países solidarios con las naciones que han necesitado apoyo en la adquisición de insumos médicos, como China, igualmente Rusia que puso la ciencia y tecnología al servicio de la humanidad en la búsqueda de la vacuna de esta enfermedad, dice.

«La iniciativa de la Franja y la Ruta es hoy por hoy uno de los mayores y mejores foros de cooperación internacional para enfrentar de manera colectiva los retos que enfrente el mundo del presente y del futuro, como lo son, la mitigación de la recesión económica mundial y sus efectos sobre la población, frente al individualismo y el darwinismo social que ofrece el mundo occidental, en donde solo sobrevive el más fuerte», concluye.

Un total de 19 países de América Latina y el Caribe han firmado acuerdos de cooperación sobre la Franja y la Ruta con China. Dicha cooperación avanza sobre la base de los principios de consulta extensiva, contribución conjunta y beneficios compartidos, en cooperación abierta.

Hasta 2020 el comercio de bienes con los países socios de la IFR ha superado los 7,8 billones de dólares y la inversión directa superó los 110.000 millones de dólares, destaca la agencia Xinhua.

*Periodista. Magíster en Gestión y Políticas Culturales (UCV). Actualmente es Presidente de la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).

Publicado Originalmente en la Agencia Venezolana de Noticias http://www.avn.info.ve/node/488423

Por CVEC

El Centro Venezolano de Estudios sobre China (CVEC) es el primer y único centro de investigación dedicado exclusivamente a los estudios sobre China dentro de la República Bolivariana de Venezuela. Fundado el 13 de junio de 2017 por jóvenes profesores e investigadores provenientes de la Universidad Central de Venezuela, el CVEC ha planificado desde su creación, la conformación de un equipo de investigadores provenientes de distintos espacios intelectuales y profesionales, cuyas capacidades de análisis y comprensión sobre las realidades que configuran el mundo de hoy y del futuro coincidieran en esta instancia de gestión académica e intelectual.

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